QUE ES LA ADICCIÓN AL TABACO
La adicción al tabaco es la necesidad compulsiva de consumir cigarrillos y en concreto nicotina, ya que esta es la sustancia que causa la adicción.
De hecho, a la adicción al tabaco también se la conoce como adicción a la nicotina, dependencia de los cigarrillos o dependencia del tabaco.
Por tanto, cuando una persona no puede vivir sin fumar y tiene deseos constantes de encenderse un cigarrillo hasta tal punto que la privación del tabaco afecta directamente a su vida decimos que sufre adicción al cigarrillo y su salud está en peligro.
Existen tres formas de adicción o dependencia al tabaco:
- Dependencia física: provocada directamente por la nicotina y responsable del síndrome de abstinencia.
- Dependencia psicológica: el hábito de fumar se convierte en una compañía inseparable en diferentes ocasiones y parece imposible cambiar esta relación.
- Dependencia social: fumar sigue siendo un acto social que se hace en grupo y en reuniones con amigos (sobre todo en adolescentes).
Por suerte, existen multitud de métodos para dejar el tabaco para todos los gustos. Además cada uno de estos métodos resulta idóneo según nuestro tipo de dependencia.
¿Cuáles son las causas por la adicción al tabaco (tabaquismo)?
Placer
Es la causa principal del consumo de tabaco y la razón principal a la cual atribuyen los fumadores su adicción al humo de los cigarrillos. Es el propio placer que obtienen fumando.
Así es, son muchos los fumadores que comienzan a fumar por puro placer y cuando se dan cuenta ya son adictos a una droga que es incluso más letal que la heroína o la cocaína. Una droga cuyo consumo aumenta el riesgo de enfermedades como el cáncer o incluso la muerte.
El tabaco tiene un efecto estimulante, otro calmante y además resulta un placer por sí mismo así que muchas personas comienzan a fumar un cigarrillo por simple curiosidad y cuando se dan cuenta se sienten enganchadas a ese falso placer que termina volviéndoles adictos a la nicotina.
Alejar el estrés
El estrés es otra de las principales causas del tabaquismo ya que para muchos los cigarrillos son una buena manera de aliviar el estrés, la presión y las tensiones derivadas del ritmo de vida tan acelerado que llevamos.
De hecho, y por poner solamente una ejemplo, décadas atrás los soldados que combatían en el campo de batalla adquirían el hábito de fumar para así poder lidiar con el estrés en tiempos de guerra.
Hoy en día la situación no es diferente y cada vez son más las personas que comienzan a fumar cuando experimentan períodos de estrés en un trabajo de presión o en situaciones complicadas de la vida.
Para muchos fumadores el estrés sigue siendo una de las principales causas psicológicas del tabaquismo, lo cual convierte a los cigarrillos en un arma de doble filo que te relaja al mismo tiempo que te causa más y más estrés.
Obviamente, existen otras muchas alternativas al tabaco que son mucho más saludables y sin los efectos nocivos de fumar.
Recompensas sociales
Nadie puede negar que existen las causas sociales del tabaquismo, es decir, personas que comienzan a fumar para sentirse integrados o parte de un grupo. Y aunque esto puede suceder a cualquier edad, los preadolescentes y adolescentes son el sector de la población más susceptible a terminar sufriendo adicción al tabaco por satisfacer a sus compañeros.
En otras palabras, el tabaco es una especie de regalo o recompensa social para quienes comienzan a fumar ya que se sienten parte de un grupo y a menudo eso implica aceptación.
Desafiar las normas
Hay dos tipos de personas: las que siguen las normas y las que creen que las reglas están para romperlas. Y son precisamente estas últimas las que tienen más motivos para fumar que el resto.
Por ejemplo, existen muchísimos países en los que fumar está mal visto, en los que hay signos de prohibición por todas partes e incluso países en los cuales existen restricciones en varios lugares públicos.
Esto en sí puede convertirse en una de las grandes causas de fumar ya que para muchos supone una verdadera tentación por el simple hecho de cruzar una línea prohibida, sobre todo para los jóvenes, que son quienes más tienden hacia las conductas de riesgo y de querer romper las reglas establecidas.
Todo eso, sumado a querer desafiar los límites impuestos por los padres, la escuela o la sociedad da como resultado una mayor predisposición a caer en el consumo de tabaco.
Influencia de los padres
Todos los estudios coinciden en lo mismo: los hijos de padres fumadores son mucho más propensos a terminar fumando que los hijos de padres no fumadores lo cual convierte la influencia de los padres en una de las principales causas del tabaquismo.
Incluso existen estudios que demuestran que si los padres no son fumadores pero son permisivos a la hora de permitir a sus hijos ver películas donde se fuma o se bebe en exceso pueden estar animando a sus hijos a fumar aun sin darse cuenta de ello.
Del mismo modo, los padres que ven el tabaquismo como un comportamiento socialmente aceptable aunque no fumen, están dejando la puerta abierta para que sus hijos experimenten con los cigarrillos.
Por eso es tan importante transmitir desde la infancia los peligros de fumar, con mensajes que destaquen los efectos negativos y las consecuencias del tabaco, ya que a medida que el niño crezca tendrá estos mensajes resonando en su mente y es más probable que se mantenga alejado del tabaco ya que tendrá más herramientas para hacer frente a la decisión de fumar o no.
Desinformación
A pesar de que sobre todo en los últimos años se han instaurado en todo el mundo muchísimas medidas para acabar con las principales causas del tabaquismo, todavía existen creencias culturales populares que respaldan que fumar es sexy, cool y glamouroso además de estar bien visto. Eso se debe a la desinformación y a que la publicidad errónea de décadas pasadas todavía retumba en la sociedad.
Incluso hay mitos que destacan que fumar cigarrillos light es menos peligroso, que fumar pocos cigarros al día no hace daño o que ciertas marcas de tabaco son menos dañinas que otras con lo cual muchas personas optan por fumar creyendo que están minimizando los riesgos cuando en realidad están poniendo en riesgo su salud.
Publicidad
No es ningún secreto que la publicidad incrementa el deseo de querer encenderse un cigarrillo, y eso la convierte en uno de los principales motivos de fumar.
La industria tabacalera lo sabe, y por eso durante muchísimos años ha estado dirigiendo campañas masivas y efectivas destinadas a aumentar las ventas de tabaco y asegurar la aparición de nuevos fumadores sobre todo adolescentes, la franja de edad más vulnerable y por tanto la favorita de la industria del tabaco.
Porque no nos engañemos: el tabaco es un negocio y como en todos los negocios se necesitan clientes así que cuantos más fumadores existan mejor que mejor.
De hecho, se han llevado a cabo varias investigaciones que tienen la misma conclusión: la publicidad es una herramienta poderosa que juega un papel muy importante a la hora de decidir si comenzar a fumar o no.
Sin ir más lejos, a finales de los años 60 se duplicó el consumo de cigarrillos entre las mujeres estadounidenses de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años a raíz de una campaña de Virginia Slims enfocada a la liberación de las normas sociales de acuerdo con las ideas del momento.
Una vez se prohibieron las campañas a favor del consumo de tabaco, las ventas de cigarrillos comenzaron a disminuir aunque por supuesto todavía sigue siendo una de las industrias que más dinero mueve.
Auto medicación
Del mismo modo que algunas personas recurren a las drogas y al alcohol en momentos difíciles, hay quienesoptan por los cigarrillos para aliviar los dolores físicos y mentales, convirtiendo la automedicación en una de las principales causas del tabaquismo.
Básicamente, los fumadores adictos al tabaco reportan una elevada gama de sensaciones positivas tras fumar un cigarrillo, que van desde la relajación hasta una mayor sensación de bienestar.
Obviamente estas sensaciones provienen de productos químicos liberados en el sistema nervioso por la nicotina entre ellos dopamina, lo cual significa que el tabaco cambia la química y el funcionamiento del cuerpo una vez la nicotina entra en el sistema nervioso.
Es esa la razón por la cual muchos fumadores se inician en este hábito, ya que para ellos es una manera de automedicarse para enfermedades que les provocan dolores y tensiones. Incluso hay estudios que demuestran que las personas que sufren de enfermedades mentales como depresión o trastornos de ansiedad pueden empezar a fumar porque la nicotina mitiga algunos de sus síntomas igual que ocurre con muchas drogas.
Obviamente, fumar viene con una serie de efectos secundarios negativos que van desde problemas de salud hasta cáncer e incluso la muerte pero muchas veces cuando los fumadores quieren dejarlo ya es demasiado tarde debido a que se han vuelto adictos a la nicotina lo cual convierte el tabaco en un arma de doble filo creándoles cada vez más dependencia.
Predisposición genética
Puede sonarte raro, pero existen multitud de estudios que confirman que algunas personas pueden tener una predisposición hereditaria a las adicciones entre ellas el tabaquismo con lo cual les resulta más difícil que al resto resistirse a fumar.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y cuyas conclusiones se publicaron en el Biological Psychiatry destaca que hay factores genéticos que inducen a recaer en la adicción a la nicotina.
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